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Nuestra Historia PDF Imprimir E-mail

"Todo esto empezó con una ilusión, un deseo, un sentimiento de Solidaridad, de hacer Felices a aquellos que sufren. Ahora es una Realidad que ayuda a los más pequeños a sobrellevar una experiencia muy difícil"

Aurora Caracuel (12 años)


  Nuestra historia comienza en marzo de 1993, cuando un médico del hospital, de la Planta de Oncología, vio que era necesario que vinieran voluntarios/as a jugar con los niños y niñas ingresadas en ese servicio. Este médico acudió a la Facultad de Medicina donde unos cuantos estudiantes nos reunimos con él y la idea que nos propuso de formar grupos de voluntarios e ir al hospital a jugar con los niños nos pareció magnífica. Pronto comenzamos unos cuantos amigos a visitar a dichos niños y niñas. Carecíamos de material de juegos, eso sí teníamos muchas ganas de comenzar el proyecto, y nos inventábamos lo que hiciera falta para ayudar a éstos pequeños.

  Fue muy duro al principio, pues desconocíamos el terreno y no sabíamos cómo íbamos a responder, y si tendríamos aceptación o no por parte de los niños. Pero lo que siempre pasa y sigue ocurriendo durante estos años: los niños te lo dan todo, por mucho que tu hagas por ellos siempre te dan más, y te vas a casa con la conciencia del trabajo bien hecho. No teníamos juguetes, y comenzamos a hacer campañas de recogida, lo que fue un gran impulso. Cada uno de nosotros éramos responsables de un día a la semana y formábamos grupos de voluntarios/as que venían por las tardes. Eran grupos desorganizados pero con muchas iniciativas y ganas de jugar y hacer lo que fuese para conseguir una sonrisa.

  Con el tiempo adquirimos experiencia, cada año pasaban por el hospital muchos voluntarios que en grupos rotativos hacían felices a los niños y niñas de la planta. Algunos venían un día ó dos y ya no venían más, otros estaban 2 ó 3 años, y otros aún seguimos. Teníamos cada vez más experiencia pero carecíamos de fondos, por lo que nuestros proyectos sólo se quedaban en eso, en proyectos. Entonces decidimos dar un paso a delante y constituirnos como Asociación, y en 1998 nació AVOI: ASOCIACIóN DE VOLUNTARIOS DE ONCOLOGíA INFANTIL.
 

Logo antiguo de Avoi

  Ya nos empezaron a tomar un poco más en serio, solicitamos subvenciones pero no llegaban, pero con la ayuda de un matrimonio, los Sres. Ibars pudimos seguir adelante, pues nos subvencionaban para materiales y juguetes y llevaban a los niño/as de campamento de verano. En 1999 decidimos que podíamos hacer algo más, nos preocupaba el apoyo escolar de éstos pequeños, pues estaban largos periodos de tiempo hospitalizados y no podían ir al colegio. En todo el hospital sólo había un maestro. Firmamos un Convenio con la Universidad de Málaga y comenzaron a venir maestros en prácticas. Fue un gran apoyo pero tan sólo contábamos con ellos tres meses al año. Comenzamos a venir, además de por las tardes, por las mañanas, con el fín de preparar a los profesores y ayudar en lo que pudiéramos a los niños/as.

En el año 2000, la Junta de Andalucía, la Delegación de Sanidad, nos premió en el Día de Andalucía con una distinción por nuestra labor. También y algo crucial para nosotros fue la iniciativa de unos padres, que convocaron una reunión donde acudieron otros padres y nosotros y nos expusieron la idea de ayudarnos, de hacerse socios de AVOI, con la idea de aportar apoyo, además de económico, una ayuda incondicional para que ayudásemos a otros futuros niños/as al igual que lo hicimos con sus hijos e hijas. Poco a poco, se fueron haciendo socios y hoy día contamos con unos 120 socios, además de otros muchos que nos dan su apoyo incondicional.
 

Foto del Princicipe con los presidentes de Avoi


  En el año 2001, el 13 de Diciembre, la Fundación Telefónica, Antena 3 TV y el Ministerio de Asuntos Sociales nos Otorgaron de Mano de S.A.R. D. Felipe Príncipe de Asturias el Primer Premio al Voluntariado en la categoría de Enfermedades y Discapacidades. Además de muy emotivo fue el mayor impulso que hemos tenido para seguir adelante, pues fue un reconocimiento público a nuestra dedicación, donde nos sentimos tremendamente orgullosos, y con mayor motivo al ser Nuestro Príncipe quien nos lo entregara. Este premio fue nuestro primer paso para la consolidación: Nuestro voluntariado estaba perfectamente definido, formado y organizado tanto por las mañanas como las tardes, nuestros talleres de manualidades para niños y niñas, madres y padres cada vez estaban en más auge, las nuevas tecnologías(informática) también prosperaron, hacíamos cada vez más excursiones etc. Todo con un único fin: el de hacer felices a los niños y niñas de oncología.

  En Mayo de 2003, una serie de padres, madres, niños y niñas afectados en nombre de todos, nos hicieron un reconocimiento público, en un programa del Canal Sur: "Senderos de Gloria", lo cual fue también una iniciativa muy bonita donde nos mostraron todo su cariño, lo cual jamás olvidaremos. Aunque al principio nos hemos dedicado por completo a la Planta de Oncología, en los últimos años y en colaboración con la Dirección del hospital, estamos llevando a cabo nuestro proyecto más importante y del cual estamos muy orgullosos, y al que llamamos “Ningún niño sin jugar”. Se trata de llevar toda la asistencia a todo el hospital pediátrico, permitiendo con el tiempo que todos los niños y niñas del hospital tengan sus actividades lúdicas-recreativas y educativas con un voluntariado organizado que las lleve a cabo, y así mejorar su estancia hospitalaria. Sin embargo no esta siendo nada fácil, pues se necesita de una mayor financiación y una mayor cobertura voluntaria.

 En Diciembre de 2005, con motivo del Día Internacional del Voluntariado, nos concedió el Ayuntamiento de Málaga y en mano del Alcalde el Primer Premio de Málaga Voluntaria en la Categoría de Acción Social. Seguimos a pie del cañón, y aunque el camino no ha sido ni lo está siendo fácil, tenemos lo más importante, que es la sonrisa sincera de los niño/as y sus familias todos los días de la semana: nuestra sensación cuando estamos en el hospital es indescriptible, no creo que existe mayor recompensa en el mundo que la que tenemos nosotros día a día, esa mirada de gratitud y amistad no se puede comparar con nada. Por ello haremos lo posible y más para que éstos pequeños y sus familias estén lo más a gusto posible en el hospital.